¿Qué es la integración sensorial?
Es eso que no sabes que tienes, pero necesitas todo el rato… Podríamos contaros que es un proceso neurobiológico que realiza nuestro cerebro a todas horas para responder a los cambios del entorno, pero a, efectos prácticos, para nosotras, significa jugar y vivenciar A LO GRANDE.
Si veis a vuestros hijas o hijos subidos a un columpio, jugando con espuma, manipulando lechugas o zanahorias, escalando un rocódromo… no os preocupéis. Están activando estos procesos para aprender a registrar, modular, procesar y organizar toda la información que entra al cerebro.
Poner todos los sentidos en marcha y sincronía no es fácil, por eso, las terapeutas dedicamos gran parte de las sesiones a encontrar ese punto óptimo de funcionamiento que nos ayuda a desenvolvernos en las rutinas diarias.
Reír escandalosamente, romper a sudar sin motivo, marearse, pegar a los compañeros, sentir que la ropa pica, marearse o participar sin control en actividades son señales de que el cerebro aún tiene que poner en orden muchos procesos.
¿De qué se encarga la integración sensorial? De eso, entre otras cosas.
Las sesiones van enfocadas a un desarrollo más profundo del cerebro, para que se puedan resolver con éxito los retos cotidianos. Además de los cinco sentidos que todos conocemos, trabajamos con otros sistemas neurológicos que son determinantes para nuestro correcto desempeño. Son estos:
- El sistema propioceptivo nos informa sobre la posición de nuestro cuerpo en el espacio, nos ayuda a calibrar la fuerza y nos proporciona la estabilidad articular y el control postural.
- El sistema vestibular está implicado en el equilibrio, la conciencia del movimiento del cuerpo, la posición y orientación de la cabeza, la estabilización del campo visual cuando se mueve la cabeza y la integración bilateral del cuerpo. También tiene un importante papel en la conexión con el entorno, la interacción con el otro y la comunicación.
- Sistema táctil nos ayuda en el desarrollo de las habilidades manuales y permite a los niños y niñas participar adecuadamente en tareas escolares con sus iguales, así como las actividades diarias (aseo, vestido y alimentación). También está profundamente implicado en la interacción, el apego y las relaciones sociales.
- Sistema interoceptivo es clave para reconocer las sensaciones internas de nuestro cuerpo, como el sueño, el hambre, la sed, el dolor de tripa, las ganas de ir al baño, el frío o el calor.
Las sesiones no acaban en Centro Altea, sino que se pueden extender a la vida diaria. Con ello se integran mejor los avances y se mantienen activos los procesos de aprendizaje.
¿Han recomendado a vuestros hijos o hijas usar un cojín para la silla de clase? ¿Habéis puesto pelotas en las patas de las sillas para que no hagan ruido?
En los trayectos largos por la calle, ¿usáis un patinete para que os puedan acompañar mientras se divierten?
¡Enhorabuena! Habéis empezado a usar estrategias sensoriales para facilitar la adaptación al entorno. Todos las usamos en nuestro día a día, pero es importante adaptarlas a nuestra manera de procesar el mundo para que sean efectivas.
Para ayudaros en esta búsqueda o si tenéis dudas acerca del procesamiento sensorial de vuestros hijos e hijas, podéis contar con nosotras. ¡Estaremos encantadas de orientaros!
“Cuando la terapia ocupacional hace bien su trabajo y el niño logra organizar su sistema nervioso, vamos a observar el mismo impulso interno que durante el juego libre. Nuestro objetivo no es enseñar una actividad o habilidad específica, sino ayudarle a adquirir la capacidad de aprender toda habilidad motora, capacidad motora o conducta necesaria para la vida”.
- Jean Ayres 1920-1988)